domingo, 14 de junio de 2015

23. El ex-marido




       ¿Por qué no prestaría atención a quienes acababan teniendo razón, en lugar de dejarme llevar por mis impulsos aún sabiendo que me conducirían directamente al fracaso al que irremediablemente estaba abocada?          Gonzalo me lo advirtió: “sea lo que sea, déjalo correr”.
         Me cité con él en una cafetería cercana al bufete donde trabaja pocos días después de asumir mi papel de cómplice en el plan de Alex. Si algo salía mal, quería saber a lo que me enfrentaba.
         Gonzalo es mi ex-marido. El hombre que elegí para casarme haciendo realidad uno de mis sueños desde la niñez: divorciarme.
         También era el recién casado al que perdí de vista intencionadamente en la salón de los espejos de Versalles toda una tarde, en nuestra luna de miel. Era tan sumamente aburrido que me permití la licencia de serle infiel con el francés que me hizo ojitos. Étienne era un ser adorable. Un auténtico adonis de piel morena, pelo rubio oscuro y ojos almendrados. Deberían haberle esculpido en mármol para que los que admiramos el arte disfrutáramos de su infinita belleza. La imperfección no tiene cabida en una criatura tan exquisita... O eso me parecía. Después de aquella tarde no le volví a ver en mucho tiempo, pero si  he sobreimpresionado su precioso y armonioso rostro en otras caras en deslices ocasionales para que la realidad fuera mucho menos cruenta.


        No me acuerdo si conocí a Gonzalo en el campus, en una fiesta o en un bar. Los detalles de nuestro primer encuentro son insignificantes, pero estudiábamos en la misma universidad y allí empezamos a frecuentarnos. La enseñanza privada te proporciona un buen partido, si es lo que estás buscando, y te asegura una buena pensión compensatoria, si las cosas no funcionan. El dinero era secundario entonces –por extraño que parezca-, tenía todo el que pudiera sacarle a mis padres, con formas definidas –coches, propiedades, colecciones de temporada…-. Solo quería divorciarme. Sí además cumplir mi deseo tenía recompensa, la satisfacción sería doble.
         Gonzalo no llamaba la atención por su físico, era alto, desgarbado, llevaba gafas de pasta negra, jerséis con cuello de pico y un rolex, pero tampoco resultaba desagradable del todo y procedía de buena familia, como a mis padres les gustaba que fueran mis pretendientes. Los años han engordado sus carnes; las lentillas embellecido sus ojos claros y las corbatas de seda natural le dan un porte distintivo e incluso atractivo.
         Concederle un par de horas una vez al mes hubiera servido para quitarme el mal sabor de boca que me dejó nuestro matrimonio, lo pensé al ver al hombretón. Los años le habrán vuelto más osado entre las sábanas o con el centrifugado de la lavadora.
        No tardó en enamorarse de mí con la intensidad de la juventud. No en balde era una de las it girls del momento: castaña clara con reflejos dorados; ojos verdes, piel clara, tipo de top model y sonrisa cautivadora. Estaba acostumbrada a que los hombres se giraran a mi paso y a que los chicos de mi edad babearan o soñaran conmigo por las noches o despiertos durante el día.
         Le hice popular entre sus amigos e incluso entre las chicas, que no tardaron en convertirle en un oscuro objeto del deseo. Todos coincidían en que si alguien tan chip como yo, había elegido estar con él, era porque Gonzalo tenía virtudes insospechadas que escapaban a su imaginación, bastante corta por otra parte. Sin duda fueron los mejores meses de su vida. Su época dorada. Y me la debe a mí.
 
 
 

3 comentarios:

  1. Actuar por impulso no suele desembocar en buenos finales. Algo de reflexión, aunque luego provoque agujetas en el cerebro, suele ser muy práctico y beneficioso.
    Saludos reflexivos

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  2. Actuar por impulso no suele desembocar en buenos finales. Algo de reflexión, aunque luego provoque agujetas en el cerebro, suele ser muy práctico y beneficioso.
    Saludos reflexivos

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  3. Amigo Uno, dejarse llevar por un impulso, créame que es lo único probable delante un Adonis que nunca dejará de proporcionarme momentos de felicidad.

    Saludos Sinceros.

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