domingo, 8 de marzo de 2015

10. Fotografía




Practiqué con la cámara varios días en mi apartamento.
           Tanto le di al botoncito que me hice un esguince en el dedo y tuve que ir al fisioterapeuta a rehabilitarlo. Los días que llueve, el dedo me duele horrores. Es el precio que hay que pagar por dejarse llevar por la corriente, por no mencionar las consecuencias que acarrea las malas aguas.
           Consideré que había aprendido lo bastante de fotografía al comprobar que las fotos dejaban de salir movidas o desenfocadas.
           Controlado el pulso era el momento de poner en práctica el plan.
          Contemplé la posibilidad de fotografiar el huevo cuando Federico no estuviera en el dormitorio, pero si alguien –personal de la mansión- me encontraba allí, aunque me diera tiempo de esconder la cámara, recelarían de mis pretensiones. Tenía la firme convicción de que todo el servicio pensaba que quería deshacerme de mi marido y no era verdad. Solo dejaba que el tiempo pasara y le apera de la vida.
          Federico y yo dormíamos en dormitorios separados. Su médico le tenía prohibido alterarse… palabrerías de facultativos. Hay emociones que no se pueden evitar y no conozco a nadie capaz de controlar la mente de tal forma que se mantenga impertérrito ante ciertas situaciones, claro que por otra parte, en el círculo social en el que me movía nadie destaca precisamente por ser una lumbrera, sino más bien por tener actividad neuronal restringida. Puede parecer mi caso, pero no lo es. La cantidad de tonterías que se me pasan por la cabeza a lo largo del día, no determinaba la calidad de la actividad neuronal de mi cerebro.
          Todas las noches le hacía compañía hasta que se quedaba dormido y al amanecer iba a verle para darle los buenos días. El objetivo era que creyera que tenía a su lado a una buena esposa y lo tuviera en cuenta para un futuro… el mío.
    

2 comentarios:

  1. Era una buena obra hacer feliz a tu marido. El karma te lo recompensará. Aunque antes deberá compensar todas tus malas acciones. No sé muy bien como quedará la cuenta.

    Sigo temiendo por tu futuro incluso más allá de esta vida.

    Saludos samaritanos

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  2. Amigo Uno, no sea tan negativo. Sonría y la hormona de la felicidad fortalecerá su corazón.

    Cierto que algunas de mis acciones son cuestionables, pero en caso alguno malas... Puede considerarlas poco convencionales.

    Le agradezco su preocupación, pero tema a una tarántula nadando en el inodoro de su baño. Mi futuro es el segundo siguiente y pronto será mi pasado.

    Saludos sinceros.

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