domingo, 23 de octubre de 2016

47.El cuaderno




            Noviembre, tarde lluviosa.
Federico departía con sus amistades en  la sala del te, donde les hice compañía hasta que me hube tomado la infusión de tomillo con una cucharadita de miel que Brígida, que empezó ocuparse de mi bienestar además del de mi marido, me había preparado para combatir los primeros síntomas de un resfriado en ciernes.

Una vez en el dormitorio, al que me retiré cansada de oír hablar sobre economía empresarial y política, diluí en un vaso de agua un paracetamol. No dudaba de las propiedades curativas de las plantas, pero el brebaje que había ingerido no evitaría que la cabeza me estallase por el dolor.

Curioseando en el joyero encontré la llave, debajo de un sinfín de gargantillas y pulseras, que encajaba en la cerradura del cajón cerrado de la cómoda. El resto de cajones tenía sus respetivas llaves puestas, pero por alguna razón, había decidido esconder la llave de uno de ellos.

             Lo abrí sin titubeos.

             Su interior era un compendio de facturas, tickets de compra, revistas y otros documentos a los que no les había dado la menor importancia al desterrarlos bajo llave.

            Tiré todo el contenido encima de la cama, cayendo, sobre la improvisada montaña de altura irrisoria, un cuaderno del tamaño de un libro, con las tapas de cartón duro serigrafiadas en relieve con motivos orientales plateados, sobre fondo celeste.

            En la cuarta hoja, un texto manuscrito en aparente grafía desconocida, que no correspondía a ninguna lengua occitana o escandinava, me aceleró el pulso.         

 
          Aífargotof le oveuh. Amot sairav saenátnatsni edsed savitcepsrep setnerefid. Nu rodacifislaf árah ana acilpér atcaxe odnazilitu selairetam  ed ojab otsoc. (1)

           
          Egnif res alubmános. Etatnável rop sal sehcon y arucorp euq et naev ralubmaed rop al asac satnitsid sanosrep ne sotnitsid saíd. Is al echon led otruh le lanosrep led oicivres eyo núgla odiur o et nev, on sel árañártxe euq sétse atreipsed  y on et naratserp nóicneta. (2)

 
         Augireva al nóicanibmoc ed al ajac etreuf arap redecca la ogidóc euq avitcased al amrala adatcenoc a al anru. (3)

           
         Eugisnoc al evalc ed al amrala. Net ohcum odadiuc. Is et nerbucsed odot es árahce a redrep. (4)

         
         Sod sodimirpmoc ed malozarpla ed oidem omarg nárae setneicifus arap euq le ojeiv  amreud odat al ehcon. (5)

 

Aquellas premisas olvidadas que leí con aberración y sudor frío, eran instrucciones para cometer un delito, escritas al revés.

            Cerré el cuaderno sobre mi pecho con tanta fuerza que me clavé los picos de los bordes en la piel. La sangre se me agolpó en la cara, que ardía hasta dolerme.

            Las letras que encerraban aquellas hojas de trazo firme, evidenciaban una realidad: era una ladrona.

 

 

(1) Fotografía el huevo. Toma varias instantáneas desde perspectivas diferentes. Un falsificador hará una réplica exacta utilizando materiales de bajo costo.

(2) Finge ser sonámbula. Levántate por las noches y procura que te vean deambular por la casa, distintas personas en distintos días. Si la noche del hurto el personal del servicio oye algún ruido o te ven, no les extrañará que estés despierta y no te prestaran atención.

(3) Averigua la combinación de la caja fuerte para acceder al código que desactiva la alarma conectada a la urna.

(4) Consigue la clave de la alarma. Ten mucho cuidado. Si te descubren todo se echará a perder.

(5) Dos comprimidos de alprazolam de medio gramo serán suficientes para que el viejo duerma toda la noche.

 
 

2 comentarios:

  1. Un nuevo misterio se cuela en tu vida. No me gusta este nuevo polizón. Matalo y dale de comer sus restos al fantasma de tu hámster o a parientes suyos con más sangre circulando por sus venas.

    Saludos exóticos

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  2. Amigo Uno:

    Su humor negro no conoce límites. Si no supiera la alta estima en que me tiene, pensaría que sus comentarios van dirigidos a infligirme un profundo dolor. No se lo tendré en cuenta, al fin y al cabo lo hace por mi bien. Agradecida le estoy.

    Un saludo sincero.

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